miércoles, 22 de julio de 2020

Mas constructores y menos demoledores

AVES Y ORUGAS

Junto á un pueblo cuyo nombre
mi memoria no retiene,
porque perdonar conviene
yerros que comete el hombre;
hubo un bosque seductor,
y en él, del sol á cubierto
las aves, grato concierto
entonaban al Creador.

Bosque de tan gran riqueza,
que por gala parecía
que tales obras hacía
La madre Naturaleza;
y siempre daba en tributos
del pueblo á los moradores,
en la primavera flores,
y en otoño dulces frutos.

Chicos, para el mal nacidos,
a las aves declararon
guerra incesante, y talaron
del bosque todos los nidos;
cesó entonces el rumor,
y, de pájaros desierto,
ya no se escuchó el concierto
en el bosque encantador.

Y al llegar la primavera
vistió al prado de follaje.
más halló triste el paisaje,
silenciosa la pradera,
libre de persecución
del ave, siempre afanosa,
hubo en la oruga dañosa
tan gran multiplicación;
que en aquellos campos mudos
las orugas dominaron,
y sin flores los dejaron
y los árboles desnudos.

¡Donde el pájaro se fuga
porque su bien se extermina,
solo se extiende y domina
la devastadora oruga.


OSSORIO Y BERNARD

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