LA PREGUNTA ETERNA
Compró un juguete precioso
Un señor muy avariento
Para obsequiar en su santo
A su traviesillo nieto.
Éste, el juguete tomando,
Obsérvale muy atento,
Y á su abuelo le pregunta:
—Di, ¿cómo se rompe esto?
OSSORIO Y BERNARD
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