sábado, 30 de mayo de 2020

LA LEYENDA DE LOS MARES

Si navegáis por los mares del Norte en una noche tempestuosa, las fuerzas de la Naturaleza, en su batallar hórrido y descomunal, os semejan una personificación de la vieja mitología escandinava : los Jcetuns, seres monstruosos, hirsutos y de carácter demoníaco el dios de la escarcha, la tradición de Rime, que cabalga; sobre nubes de granizo y de truenos; el dios Hymir, que mira los icebergs montes de hielo y con un ojo diabólico hace estallar las rocas que comunican el furor embravecido á las aguas. El trueno es la cólera del dios Tor, y el rayo su maza fulmínea.

Toda la leyenda norsa de un dios Odino, con sus luchas de gigantes, con sus monstruos enfureciendo ó calmando los elementos, desfila por vuestra imaginación en las largas horas de una noche tempestuosa por los mares del Norte.

La leyenda heroica vibra, cantando al cimbrear de las jarcias de vuestro buque. Sólo lo heroico pudo vivir en la mitología de los pueblos circundados por aquellos mares, y es creíble lo que cuenta Shorro de aquellos reyes antiguos, «que cercanos á la muerte mandaban» poner su cuerpo dentro de una nave, y ésta dispuesta» para lanzarla al mar y á toda vela, ardiendo á fuego» lento, á fin de que, una vez en el mar, el incendio» la envolviese en llamas, y de aquella manera sepultar» dignamente al héroe anciano, dándole por tumba á Un» tiempo mismo el firmamento y el Océano.» »Yo me los imagino—dice Carlyle—silenciosos, con» los labios apretados, desafiando al mar embravecido» con sus monstruos, y á todos los hombres y á todas» las cosas, ignorando que fuesen especialmente valientes, verdaderos progenitores de nuestros Blakes y de »nuestros Nelson.»

Dentro de aquellas tempestades que semejan cataclismos vais á perecer. Mas ¡qué importa perecer!... ¡El crepúsculo de los Dioses, la concepción de Ragnarock os sirve de consuelo I Todo muere y renace. Oíd el canto del Voelenpa: los diosefsi y los Foetuns, las fuerzas divinas del Voeluspa: los dioses y los Joetuns, las fuerzas divinas y las caóticas y brutas se encuentran al fin en un duelo mortal. Thor y la Serpiente de Mundo se encuentran frente á frente; la ruina y el estrago han desaparecido; el crepúsculo envuelve la creación entera. El viejo universo desapareció; pero no importa; no es muerte final : ha de venir otro nuevo cielo y otra nueva tierra. Un Dios más alto y supremo y otra justicia más divina tiene que volver á reinar entre los hombres... Si desaparecéis volveréis á renacer más grandes en la otra vida.

Si no sucumbís en la tormenta y la tormenta pasa y le hicisteis rostro placentero y sereno, asistís á mi acrecentamiento de vuestro espíritu. A cada riesgo serenamente corrido gana el alma en intensidad de visión. Sólo al borde de la muerte se aprende á conocer el sentido de la vida.

La leyenda de los mares del Norte es una leyenda fantástica, inverosímil, que os haría sonreír desde el sillón de vuestro gabinete. Esa leyenda templó el alma heroica de los marinos de aquellos mares. Hoy, perdida la armonía íntima de las cosas, esa leyenda sólo
habla á los corazones heroicos; y con los acentos de la tempestad armoniza, su lenguaje, que sólo represento en los corazones de marino grandes, que son capaces de albergar pasiones más tempestuosas que las borrascas del Océano.

No sonriáis incrédulos al oíd relatar fragmentos de la vieja leyenda norsa de los mares del Norte; por desconocerlos perdimos un día la armada invencible. El dios Thor hizo sucumbir con su maza una escuadra poderosa organizada ^en Castilla. Hablad del improvisado almirante Medina Sidonia y contad á los niños

Tienen nuestros mares de Levante una historia heroica, que ,tocaría en lo sublime á no tener con exceso ese tinte rojo y sangriento de sus crepúsculos. Sobre esa superficie de mar azulado que tiene transparencias de cielo; bajo aquel límpido firmamento de luz reverberante que cubre el Mediterráneo ; sobre todas las ensenadas y calas de tierra firme que bañan sus aguas con murmurante y misterioso beso ; sobre cada rincón, sobre cada piedra, en cada uno de los colgajos de vegetación que asoman á los acantilados de las costas, pudiera hallarse un recuerdo de historia de corsario, escrita con lágrimas ó con sangre. Las lágrimas y los sollozos, al condensarse soplados por el impulso de las cóleras, hubieran podido formar al través de los siglos una brisa fugitiva y errante, una brisa acre y desoladora. ¡ Quién sabe si ese melancólico ambiente que os invade al atardecer en estos mares levantinos no es una ¡evaporación de lágrimas, una impregnación de llanto del pasado que toman los seres y las cosas.

En esas tardes, mirad el firmamento ; mirad las nubes, semejantes á sangrientos despojos; ved las cresterías de las rocas, iluminadas con fulgores de incendio ; el mar toma á vuestros pies un tinte cárdeno y violeta, un aspecto consternado, y oid, oid entre los guijarros cómo canta una jerga berberisca, recuento de las horas, de los días, de los años y de los siglos hazañosos del
pirata.

Por estos mares paseó el cautivo encadenado al banco del remero sus esperanzas sus anhelos de libertad; fué testigo un día y otro de la matanza de los suyos, del asalto en aquellas mismas playas de donde le arrancaron. Sobre estos mismos mares, en noches luminosas y balsámicas, orillando las costas bajo el límpido fulgor de las estrellas, como flores prensadas en montón, escapaba el aroma de virginidad de las cautivas y huía un alma con la rápida parábola de mía estrella fugitiva ó se abría para el infortunio una vida reducida al parpadeo lacrimoso é indiferente de mi faro á quien asalta la borrasca.

No asomó lo fantástico á estas aguas, pero en ellas se sumergió lo pasional. La grandeza de los marinos de estos mares fué la grandeza del pirata. Si en los mares del Norte se aprendió á luchar y á vencer al mar, aquí se aprendió á luchar y á vencer á los
hombres. El temor de la borrasca empequeñeció ante el temor al corsario.

Oid atentos la leyenda de estos mares y reconstituid su armonioso conjunto con los fragmentos. Con cuánto hay de hondura heroica en lo humano, trazó el destino esta historia, y para que hablen al corazón pasional de los marinos levantinos se escriben estas páginas. Manso en la apariencia é impetuoso y temible en la ocasión es este mar de Levante. Así era el corazón de nuestros corsarios. Sea así el corazón de nuestros marinos venideros. Todo retoma; y, según el canto Voeluspa, se muere para renacer en otra existencia superior.

Extracto de Corsarios y piratas (La leyenda del  Mediterráneo) de Ricardo Burguete


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